Los inmuebles deben evaluarse según el costo de su reposición, es decir que son el resultado de por lo menos dos variables muy fuertes: el costo de la tierra, un bien escaso por su ubicación; y el costo de construcción, compuesto por la mano de obra y el valor de los materiales.
Si tomamos series de largo plazo, el ladrillo es refugio de valor frente al aumento del dólar. Siempre ha demostrado serlo frente a inversiones más inestables como las financieras donde uno puede ganar mucho en lapsos cortos de tiempo, pero también perder mucho. La inversión en inmuebles siempre es más conservadora pero más estable y en moneda dura.
Resulta fundamental descubrir la oportunidad del momento.
En periodos de gran actividad no se encuentra mucha oferta debido a la gran demanda existente, y uno compra lo que más le cierra, más como refugio de inversión que por satisfacer su necesidad real. En momentos de mercado como este, donde la menor demanda genera mayor y más competencia en la oferta, es un muy buen momento para comprar, se pueda elegir mejor.